Desde CGT valoramos que las cientos de miles de personas que recorrieron y tomaron las calles principales de Madrid, hicieron
algo más que gritar su desprecio a los poderosos y al gobierno de la
troika por sus políticas de expoliación de los derechos esenciales para
la vida: el trabajo, la salud, la educación, las prestaciones
sociales, el derecho a los bienes básicos -agua, energía, vivienda-,
las pensiones, el derecho a cuidar y ser cuidados, la libertad de
decidir de las mujeres, la libertad de manifestarse, de protestar, la
libertad sindical.
La mayoría social,
representada por quienes en multitud, de manera generosa, solidaria,
patearon carreteras, caminos, pueblos y el centro de Madrid, plantó la semilla de la desobediencia real en el corazón del poder político (Gobiernos
de la Troika: Comisión Europea, FMI y BCE, Gobiernos “nacionales” y
“autonómicos del Estado Español) y, se les dejó claro que no nos
representan, y se constató que la crisis-estafa planificada fríamente
por el poder financiero y las grandes corporaciones empresariales, tiene
fecha de caducidad.