http://www.ecologistasenaccion.org/article31234.html
’Hacia un escenario energético justo y sostenible en 2050’ es una propuesta de transición energética hacia un modelo basado en energías limpias, justo, democrático y acorde con la disponibilidad energética del futuro. El informe plantea una reducción del 73% en la energía primaria y un modelo basado completamente en energías renovables. La transición energética presentada implica un cambio hacia una sociedad más resiliente, basada en una producción sostenible y de cercanía, y con mucha menos movilidad.
El estudio, realizado con el apoyo con el apoyo de la Fundación
Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente, nace de la necesidad de dar respuesta desde el ecologismo
social a dos realidades incuestionables: el cambio climático y el
declive de la extracción de combustibles fósiles y uranio.
La propuesta plantea un modelo energético en el que se reconoce la
energía como un bien de acceso universal y escaso, y que por lo tanto
debe estar sujeto al control social. Se presenta un modelo que respeta
los límites del territorio (en cuanto a extracción de materiales y
utilización de sumideros de residuos), descentralizado, basado en
energías limpias y adaptado a la menor disponibilidad energética futura.
Partiendo de un análisis de la situación energética actual en el
Estado y de la energía necesaria para conseguir una vida buena en
diferentes sociedades, se plantea una reducción para el 2050 del 66% de
la energía final y el 73% de la primaria. Para este periodo se prevé el
aumento de la población del estado hasta 65 millones de personas
(provocado por el aumento de migraciones climáticas), por lo que la
reducción del consumo per cápita es aún mayor. El consumo de energía
final por persona pasa de 2,13 toneladas equivalentes de petróleo (tep)
en 2015 a 0,50, y el de primaria de 2,91 tep en 2015 a 0,57 en 2050.
El estudio plantea una transición basada en una reducción del consumo
energético mediante mecanismos de eficiencia energética y medidas como
el establecimiento de límites decrecientes en el consumo de energía. El
modelo apuesta por la gestión de la demanda, por una creciente
electrificación de todos los sectores, la generación renovable
distribuida y con autoconsumo y la participación ciudadana en la gestión
del sistema.
Las fuentes que antes se abandonan son la nuclear y la generación
eléctrica a partir de carbón (aunque este se sigue manteniendo durante
un tiempo para algunos procesos industriales). Se prevé un cierre
escalonado de las centrales nucleares, que dejarán de estar operativas
antes de 2030. El uso de petróleo disminuye paulatinamente. El gas es
utilizado como energía de transición en un primer momento, pero a partir
de 2025 comienza a descender su consumo hasta desaparecer en 2050.
En 2050 se plantea un sistema basado únicamente en fuentes
renovables, con un peso compartido de varias tecnologías, la principal
sería la eólica con un 23% del total, seguida por la solar térmica
(21%), la biomasa (21%), la fotovoltaica (17%), biogás (8%), hidráulica
(6%) y termosolar (4%). En comparación con el actual despliegue de éstas
tecnologías, la que más aumentaría es la solar térmica y la única que
se reduciría levemente el la biomasa.
El sector que más reduce su consumo energético (un 81%) es el del
transporte, que actualmente es el principal demandante de energía final.
Esto se consigue por una reducción importante de la movilidad tanto de
personas como de mercancías, y por un cambio modal hacia el transporte
colectivo y electrificado. Otro de los sectores que también reduce
significativamente su demanda es el comercial y de servicios públicos
(un 72%), debido a las grandes posibilidades de ahorro y eficiencia que
hay en la gestión de los edificios. La Industria y la agricultura
reducen la demanda aproximadamente a la mitad de la actual, y el sector
residencial un 36%.
Este documento quiere ser un punto de partida para poner de
manifiesto las alternativas, retos y oportunidades que se plantean a la
hora de abordar un cambio como el planteado. La transición energética,
necesaria y urgente ante la magnitud del cambio climático, puede ser una
buena oportunidad de plantear una sociedad más justa, resiliente y
adaptada a sus límites territoriales, antes de que la escasez de
combustibles fósiles y la presión de un clima cambiante hagan que el
cambio se produzca de forma brusca y traumática.
Ecologistas en Acción señala que la transición propuesta, además de
necesaria, es posible. Los conocimientos y las tecnologías en las que se
basa este informe ya existen, lo que se necesita es voluntad política y
concienciación ciudadana.
Descargar informe