Esther Vivas
Articulo publicado en Público.es y Rebelión.org.
Una nueva vuelta de tuerca se cierne sobre las políticas agroalimentarias en Europa. Se trata del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, más conocido como TTIP, sus siglas en inglés, la alargada sombra del agronegocio que se extiende del campo al plato. Como vampiros a la sangre, las multinacionales del sector esperan sacar tajada, y mucha, de estas nuevas medidas de liberalización comercial.
Pero, ¿que es el TTIP? Se trata de un tratado negociado en secreto durante meses, filtrado a la luz pública, pendiente de aprobación por el Parlamento Europeo, con una campaña de marketing en marcha, y que tiene como objetivo final igualar a la baja las legislaciones a ambos lados del Atlántico en beneficio único de las grandes empresas. Sus consecuencias: más paro, más privatizaciones, menos derechos sociales y ambientales. En definitiva, servir en bandeja nuestros derechos al capital.
Y, ¿en materia agrícola y alimentaria? Las empresas del sector, desde las compañías de semillas pasando por la industria biotecnológica, de bebidas, ganadera, de comida, de pienso… son las que más han presionado a su favor, por delante incluso del lobby farmacéutico, automovilístico y financiero. Mucho está en juego para multinacionales como Nestlé, Monsanto, Kraft Foods, Coca Cola, Unilever, Bacardi-Martine, Cargill, entre otras. De los 560 encuentros consultivos de la Comisión Europea para la aprobación de dicho Tratado, el 92% se realizaron con grupos empresariales, el resto con colectivos de interés público, como indica un informe del Corporate European Observatory.
Una nueva vuelta de tuerca se cierne sobre las políticas agroalimentarias en Europa. Se trata del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, más conocido como TTIP, sus siglas en inglés, la alargada sombra del agronegocio que se extiende del campo al plato. Como vampiros a la sangre, las multinacionales del sector esperan sacar tajada, y mucha, de estas nuevas medidas de liberalización comercial.
Pero, ¿que es el TTIP? Se trata de un tratado negociado en secreto durante meses, filtrado a la luz pública, pendiente de aprobación por el Parlamento Europeo, con una campaña de marketing en marcha, y que tiene como objetivo final igualar a la baja las legislaciones a ambos lados del Atlántico en beneficio único de las grandes empresas. Sus consecuencias: más paro, más privatizaciones, menos derechos sociales y ambientales. En definitiva, servir en bandeja nuestros derechos al capital.
Y, ¿en materia agrícola y alimentaria? Las empresas del sector, desde las compañías de semillas pasando por la industria biotecnológica, de bebidas, ganadera, de comida, de pienso… son las que más han presionado a su favor, por delante incluso del lobby farmacéutico, automovilístico y financiero. Mucho está en juego para multinacionales como Nestlé, Monsanto, Kraft Foods, Coca Cola, Unilever, Bacardi-Martine, Cargill, entre otras. De los 560 encuentros consultivos de la Comisión Europea para la aprobación de dicho Tratado, el 92% se realizaron con grupos empresariales, el resto con colectivos de interés público, como indica un informe del Corporate European Observatory.