El gobierno del PP anuncia en vísperas de las elecciones generales una pírrica subida salarial del 1% y la devolución “a plazos” de la paga extra sustraída en 2012
Por si alguien no lo sabía, estamos en año electoral. El Gobierno ha cifrado el precio del voto de l@s emplead@s públic@s en un 1%. Llevamos décadas perdiendopoder adquisitivo. Entre 1982 y 2014, más de un 54%. Desde que en 2010 el Gobierno de Zapatero al dictado de los “mercados” (la banca y los fondos de capital especulativo que causaron la crisis) nos bajó el sueldo un 5%, hemos perdido un 8,6% de nuestro poder de compra sin contar la extra sustraida, y eso teniendo en cuenta que el IPC ha estado bajo mínimos. La prometida subida del 1% de 2016 puede que incluso suponga una nueva pérdida real de los salarios y sin embargo se está vendiendo la medida como una subida histórica de las retribuciones.
En época de vacas gordas –los de la burbuja del ladrillo - nuestras rentas subían siempre por debajo del IPC real, cuando no eran literalmente congeladas. Ahora, con la crisis, a perro flaco todo han sido pulgas. En 2010 nos bajaron un 5%. En 2012 nos quitaron una paga extra, nos han guillotinado el sueldo en caso de baja médica, nos quitaron días de vacaciones y asuntos propios, que ahora nos devuelven a cuentagotas al grito de Montoro de ¡Pitas, Pitas!, han reducido las plantillas con unas tasas de jubilación de pirámide invertida y hemos sufrido, como el resto de la población, recortes en sanidad, educación y servicios básicos.
La supuesta subida del 1% para el año que viene, vendida como una medida excepcional y como ejemplo de magnanimidad del Gobierno, es un insulto a nuestra dignidad, pues pretenden contentarnos como a idiotas que no saben echar cuentas. La subida del 1% va a suponer, cuando menos, una nueva pérdida más de nuestro poder adquisitivo pues el IPC de este año a junio ya va por el 0,9% acumulado, y eso sin contar con la histórica pérdida de poder adquisitivo que arrastramos desde los años 80.
Mínima compensación si tenemos en cuenta el Programa de Estabilidad 2014-2017 que el gobierno ha enviado a la Troika que, en la página 40, dice:...la remuneración de asalariados públicos pierde 1,7 puntos porcentuales, llegando a un 9,6% sobre el PIB en 2017…Este resultado es esencial a la hora de garantizar la sostenibilidad de la consolidación fiscal….Más adelante, en la página 41, nos muestran el camino con más claridad: el mantenimiento de la austeridad en las políticas de gestión del personal (por ejemplo, las reglas sobre limitación de reemplazamientos o la congelación de sueldos de los funcionarios públicos), pero eso ya será otra historia, la posterior a las elecciones, la de las promesas incumplidas, la de nuevos recortes por nuestro bien.
En año electoral, cuando repiten como un mantra que “España va bien” y somos el país que más crece y más empleo crea de la UE según nuestros gobernantes (22,2% de la población vive en riesgo de pobreza y un 6,2% está ya mismo en una situación de pobreza grave, 1 de cada 3 menores vive bajo el umbral de la pobreza, más de 2, 5 millones de niños que viven en hogares en donde sus familias tienen problemas en alimentación, salud, vivienda u ocio, según datos del INE ) nuestro gozo se cifra en un pírrico 1% de subida nominal. Si eso sucede en año electoral, con amenaza de debacle electoral del partido en el gobierno, imaginemos qué nos puede suceder cuando el nuevo gobierno legitimado en las urnas -da igual del signo que sea- elabore los presupuestos del estado de 2017. No quisiéramos ser agoreros, pero si en año electoral corremos el riesgo de perder salario real si el IPC sube por encima del 1%, imaginemos qué nos podrá suceder en el 2016 -o sea el equivalente a 2012 de la nueva legislatura- si no somos capaces de hacer frente a cualquiera que sea nuestro nuevo gobierno a partir de este otoño.
Si no luchamos
por lo nuestro
Nadie lo hará
por nosotr@s