18 de enero
NO ACEPTO
Yo no puedo aceptar una vida
donde, hebra a hebra, cae la ternura y cuelgan los andrajos.
No puedo apostar por días venideros cuajados de espantosas profecías,vacíos de primaveras porque los frutos y las semillas hacen señas desde otra orilla.
Yo no puedo aceptar una vida
donde el amor escuece por revolucionario,
donde las pieles y los ojos tienen frío,
donde esperamos el turno para tocarnos,
para besarnos,
para hacer con nuestros brazos nudos alrededor de otros cuerpos quebrados por el dolor,
descuartizados por la alquimia venenosa de respirar a contracielo en este mundo donde sólo de tarde en tarde
nace un “ojalá”, un “tal vez”, un “aún es posible”.
No quiero ver a la gente convertida en paria
con las conciencias rasuradas,
con los huesos podridos de indigencia,
con sus lenguas yermas.
Con esta incertidumbre a cuestas.
No puedo aceptarlo, no.
No quiero aceptar esta pobreza tatuada en las ideas.
No quiero esta esperanza que se desespera,
estos sueños limpios que apenas amanecen otra vez duermen
Porque la vida es otra cosa
quizá sea fuego,
quizá aliento,
quizá apresure el paso si le faltan los espejos,
quizá sea piedra golpeada por los niños
pero esta vida que nos clavan,
esta vida que sufre permanentes emboscadas
por los artesanos del delirio y la codicia
yo no la quiero, no.
No la acepto.