El sistema judicial del Estado Español se encuentra colapsado, politizado y salpicado constantemente con casos de corrupción.La evolución de la ciudadanía no se refleja en el ámbito del sistema legal y constitucional. La calidad de la justicia tiene precio y, así, el inocente ve cómo el criminal sale impune de sus delitos gracias a factores que poco tienen que ver con lo legal y mucho con lo económico.
Ante esta realidad, el ciudadano pierde confianza en el sistema y sus conceptos éticos cambian de bando progresivamente. Para colmo de males, en lugar de buscar una ampliación de derechos, de encontrar fórmulas que integren, asistimos a restricciones que, cada vez con un mayor tinte antidemocrático, dan al traste con los logros y libertades generadas tras años de lucha y reivindicaciones.
Si sientes que el sistema legal, y la constitucionalidad de las leyes, se manipula al antojo de intereses que nada tienen que ver con las necesidades del ciudadano,
¿por qué no gritas?